Cada vez que una mujer se mira en el espejo, puede identificar las marcas de todas las mujeres que la precedieron, de todas aquellas que la historia ha intentado callar y de las otras, que tuvieron la valentía y el coraje de levantar la voz. Una mujer pide ayuda para salvar a su hija y detrás de ese pedido, se esconde la voz de tantas que han sido postergadas en sus derechos, pero que gracias a otra mujer, puede encontrar una luz en el camino.
Un hombre se enamora de una mujer, y lo hace para siempre. Una hija nace mujer y también lo hace para siempre.
Una aprendiz se confiesa ante su Maestra y una mujer lo hace al borde de una cama, mientras otra aprovecha el chat y confiesa su venganza. Hay en ellas un solo delito en común, el amor.
Esos ecos de libertad llegan hasta hoy, donde sobre un tejado el amor se derrama una noche de lluvia.
Madres amorosas o crueles, hijas amadas o víctimas, abuelas olvidadas o llevadas por el olvido, todas ellas encuentran en estas palabras la cuerda por donde deslizarse y hacerse escuchar. Lo que se dice y aquello que no, lo que no se desea, lo que se oculta, lo que se calla, queda plasmado en las historias de estas mujeres, que vienen tejiendo la historia detrás de escenas, para llegar a nuestros días y ser por fin las protagonistas.
Cuando una mujer levanta la voz, levanta la voz de todas.
Cada vez que una mujer se mira en el espejo, puede identificar las marcas de todas las mujeres que la precedieron, de todas aquellas que la historia ha intentado callar y de las otras, que tuvieron la valentía y el coraje de levantar la voz. Una mujer pide ayuda para salvar a su hija y detrás de ese pedido, se esconde la voz de tantas que han sido postergadas en sus derechos, pero que gracias a otra mujer, puede encontrar una luz en el camino.
Un hombre se enamora de una mujer, y lo hace para siempre. Una hija nace mujer y también lo hace para siempre.
Una aprendiz se confiesa ante su Maestra y una mujer lo hace al borde de una cama, mientras otra aprovecha el chat y confiesa su venganza. Hay en ellas un solo delito en común, el amor.
Esos ecos de libertad llegan hasta hoy, donde sobre un tejado el amor se derrama una noche de lluvia.
Madres amorosas o crueles, hijas amadas o víctimas, abuelas olvidadas o llevadas por el olvido, todas ellas encuentran en estas palabras la cuerda por donde deslizarse y hacerse escuchar. Lo que se dice y aquello que no, lo que no se desea, lo que se oculta, lo que se calla, queda plasmado en las historias de estas mujeres, que vienen tejiendo la historia detrás de escenas, para llegar a nuestros días y ser por fin las protagonistas.
Cuando una mujer levanta la voz, levanta la voz de todas.